CTA provincia de Buenos Aires expresa su total repudio a la violenta represión ocurrida esta noche contra docentes que intentaban instalar una escuela itinerante frente al Congreso de la Nación, sobre la Plaza de los dos congresos.

Un comunicado de SUTEBA expresaba al respecto:
Durante la tarde de hoy y en el marco del conflicto nacional docente, CTERA comenzó a montar la estructura de una Escuela Pública Itinerante en la Plaza de los Dos Congresos.

Con esta nueva acción, se intentaba continuar el reclamo y la lucha que los Maestros vienen llevando a cabo para exigirle al Gobierno Nacional que cumpla la Ley de Financiamiento Educativo y convoque a Paritaria; con los chicos en las aulas.
Distintas charlas iban a realizarse en esta Escuela Pública Itinerante, para visibilizar el conflicto y generar un debate.

Sin embargo, sin ningún motivo y mientras los Maestros con guardapolvos blancos montaban esta estructura pacíficamente, sin cortes de calle ni ninguna provocación, las fuerzas policiales comenzaron una represión terrible que incluyó gas pimienta y palos a Docentes que trataban de continuar el debate volviendo a las aulas.

El Secretario General de SUTEBA, Roberto Baradel, declaró: “Es una vergüenza, le tiraron a los Trabajadores de la Educación gas pimienta en la cara. No hay un solo policía lastimado. Los maestros estábamos acá defendiendo la Escuela Pública construyendo un espacio para el debate. Parece que con este gobierno ni siquiera se puede usar la palabra”.

Por su parte, Sonia Alesso agregó: “Hay cuatro compañeros detenidos en la Comisaría 6ta. Exigimos que los liberen inmediatamente y denunciamos la brutal represión a los Maestros. No puede ser que un gobierno que habla de la República reprima Docentes que se expresan pacíficamente”.

Desde el Consejo Ejecutivo de CTA Provincia de Buenos Aires repudiamos esta brutal represión, si tocan a uno nos tocan a todos! No a la censura! Si a la libertad!

Foto: Estanislao Santo ES Fotografía



Pegarle a un maestro

Lo sabe un chico de cuatro años, de salita celeste, que ni siquiera sabe hablar correctamente.

Lo sabe un chico de seis años, que ni siquiera sabe escribir.

Lo sabe un chico de doce años, que desconoce todas las materias que le deparará el secundario.

Lo sabe un adolescente de diecisiete años, aunque sea la edad de las confusiones, la edad en la que nada se sabe con certeza.

Lo saben sus padres.

Lo saben sus abuelos.

Lo sabe el tutor o encargado.

Lo saben los que no tienen estudios completos.

Lo sabe el repetidor.

Lo sabe el de mala conducta.

Lo sabe el que falta siempre.

Lo sabe el rateado.

Lo sabe el bochado.

Lo sabe hasta un analfabeto.

No se le pega a un maestro.

No se le puede pegar a un maestro.

A los maestros no se les pega.

Lo sabe un chico de cuatro años, de seis, de doce, de diecisiete, lo saben los repetidores, los de mala conducta, los analfabetos, los bochados, sus padres, sus abuelos, cualquiera lo sabe, pero no lo saben algunos gobernadores.

Son unos burros.

No saben lo más primario.

Lo que saben es matar a un maestro.

Lo que saben es tirarles granadas de gas lacrimógeno.

Lo que saben es golpearlos con un palo.

Lo que saben es dispararles balas de goma.

A los maestros.

A maestros.

Lo que no saben es que se puede discutir con un maestro.

Lo que no saben es que se puede estar en desacuerdo con lo que el maestro dice o hace.

Lo que no saben es que un maestro puede tener razón o no tenerla.

Pero no se le puede pegar a un maestro.

No se le pega a un maestro.

A los maestros no se les pega.

Y no lo saben porque son unos burros.

Y si no lo saben que lo aprendan.

Y si les cuesta aprenderlo que lo aprendan igual.

Y si no lo quieren aprender por las buenas, que lo aprendan por las malas.

Que se vuelvan a sus casas y escriban mil veces en sus cuadernos lo que todo el mundo sabe menos ellos, que lo repitan como loros hasta que se les grabe, se les fije en la cabeza, lo reciten de memoria y no se lo olviden por el resto de su vida; ellos y los que los sucedan, ellos y los demás gobernadores, los de ahora, los del año próximo y los sucesores de los sucesores, que aprendan lo que saben los chicos de cuatro años, de seis, de doce, los adolescentes de diecisiete, los rateados, los bochados, los analfabetos, los repetidores, los padres, los abuelos, los tutores o encargados, con o sin estudios completos:

Que no se le pega a un maestro.

No se le puede pegar a un maestro.

No debo pegarle a un maestro.

A los maestros no se les pega.

Sepan, conozcan, interpreten, subrayen, comprendan, resalten, razonen, interioricen, incorporen, adquieran, retengan este concepto, aunque les cueste porque siempre están distraídos, presten atención y métanselo en la cabeza: los maestros son sagrados.

Por Mex Urtizberea