CTA provincia de Buenos Aires lamenta la irreparable pérdida de la Abuela de Plaza de Mayo Teresa Boaglio de Frías, quien falleció sin conocer a su nieto/a que aún continúa apropiado/a.

Desde la Central de Trabajadores de la Argentina solicitamos la mayor celeridad en la resolución de todos los delitos de lesa humanidad para que la verdad triunfe sobre la muerte, ya han pasado más de 40 años y muchos delitos aún siguen impunes, la mayoría de ellos con la connivencia de un sector del Poder Judicial.

Despedimos a Teresa con la firme convicción de continuar hasta el final por el triunfo de la Verdad y la Justicia.

Secretaría de DDHH CTA Pcia. de Bs. As.

Comunicado oficial de Abuelas de Plaza de Mayo

Teresa Boaglio trabajó desde niña. Era la mayor de ocho hermanos en una familia descendiente de italianos. En 1946 se casó y dos años después nació su hijo Pedro Arturo Frías.

Pedro, de joven, se fue a estudiar y trabajar a Azul, provincia de Buenos Aires. Allí, con una compañera anterior, tuvo a Natalia, su primera hija. Luego formó pareja con María Segunda Casado. Ambos militaron en la JP y en la organización Montoneros.
En 1977 nació el primer hijo de la pareja, Mario, que era tan sólo un bebé cuando Pedro y Segunda fueron secuestrados el 23 de junio de 1978 en su casa de Villa Tesei, zona oeste del Gran Buenos Aires. Ella estaba embarazada de siete a ocho meses.

Desde entonces, Teresa y los suyos salieron a buscar respuestas sobre sus seres queridos y así, como tantas otras familias violentadas y diezmadas por la última dictadura cívico-militar, también apostaron a la búsqueda colectiva a través de Abuelas de Plaza de Mayo.

Vemos con tristeza que cada vez más Abuelas se van sin abrazar a su nieto o nieta. Teresa Boaglio de Frías es una de ellas. Partió sin saber nada sobre su hijo y su nuera, que siguen desaparecidos, ni tampoco sobre su nieto/a, que debió nacer entre julio y agosto de 1978 y que hoy es un hombre o mujer de casi 40 años con su identidad robada.

Acompañamos en el dolor a la familia de Teresa en este duro momento, en especial a su nieto Mario, nuestro querido “Pichi”, quien seguirá buscando a su hermano o hermana, como hizo desde siempre. Por Teresa y por todas las que ya no están, hasta que nos den las fuerzas, seguiremos luchando.