Desde la Secretaría de DDHH de CTA Provincia de Buenos Aires despedimos a la compañera Madre de Plaza de Mayo, Juana Meller de Pargament con un profundo dolor y con el agradecimiento a su inclaudicable lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia.

Juanita era la histórica tesorera de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. El “cargo” recayó en ella en 1977 cuando las primeras Madres debían juntar dinero para publicar una solicitada en reclamo por sus hijos. En plena dictadura abrió las puertas de su casa para reunirse con sus compañeras. Su fluido inglés fue clave para dar a conocer las denuncias en el exterior y tuvo un rol fundamental al sistematizar las cartas y presentaciones judiciales.

El secuestro de su hijo, Alberto José Pargament, ocurrido el 10 de noviembre de 1976, marcó un antes y un después en la vida de Juana Meller de Pargament, por entonces “alejada de la política y ocupada en la familia”. “Mi hijo era un rebelde, un motor que no paraba en ningún sentido. Era médico psicoanalista y donde lo llamaban, iba. Con sus compañeros tenían ideas revolucionarias porque les dolía ver miserias”.

El día que lo secuestraron, Juana no dejó cuartel o comisaría sin recorrer. “Les dije a todos en casa que me iba a buscarlo. Salí a la mañana, volví a la noche, pero no había ninguna novedad. A cada lugar donde iba me encontraba con gente que reclamaba lo mismo. Golpeé la puerta a los militares y a la policía pero siempre me decían lo mismo, que no lo tenían y que no lo conocían. A raíz de eso, nosotras nos pusimos de acuerdo en que la unión hace la fuerza, que éramos muchas y que si reclamábamos a viva voz por ahí lográbamos algo”.

Su nieto nació en el exilio en Brasil y Juana lo conoció a los 20 años, cuando el joven fue a la casa de las Madres a preguntar por un libro donde señaló la foto de su padre. Durante la democracia, las Madres continuaron con su lucha al rechazar los subsidios ofrecidos por el ex presidente Raúl Alfonsín y los avatares del menemismo. Para ella, fue la llegada de Néstor Kirchner la que marcó una diferencia. “Comprendió nuestra lucha y se nos abrió un cielo al ver que un gobierno manifestaba que comprendía la lucha y entrega de cada madre a la que se le han llevado a sus seres queridos”, detalla.

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