Se cumplen 41 años de la creación de Abuelas de Plaza de Mayo, en homenaje a su lucha y organización se conmemora el 22 de octubre el Día Nacional por el Derecho a la Identidad.

41 AÑOS DE AMOR

AUTOR: ABUELAS
Logros y esperanzas en un nuevo aniversario de nuestra lucha.

De los comienzos en soledad a este presente acompañadas por una buena parte de la sociedad que hizo propia la búsqueda de las nietas y nietos robados por el terrorismo de Estado. Del silencio y las preguntas sin respuestas a las 128 identidades restituidas hasta hoy. De la lucha contra la impunidad a la justicia para las víctimas y sus familiares. Toda una vida dedicada a unir esfuerzos para recuperar a sus seres queridos.

Los logros en estos 41 años han sido importantes: la formulación de un método de identificación genético; la sanción de leyes y normativas nacionales e internacionales de amparo a la niñez; múltiples avances en materia de abordajes psicoterapéuticos; un mayor acompañamiento del Estado en la búsqueda; el juicio y castigo a los responsables del plan sistemático de apropiación de menores; el reconocimiento a nivel mundial, entre tantos otros.

Las tareas pendientes, no obstante, siguen siendo muchas y no menos decisivas, la principal de ellas encontrar a los centenares de hombres y mujeres que todavía viven con una identidad falsa, sin saber quiénes son, sin ser libres. El tiempo se ha convertido en un factor central que agrega dramatismo a la búsqueda: muchas Abuelas se han ido de esta vida sin poder abrazar a sus nietos. Pero frente a este triste e inexorable dato de la realidad, ellas han respondido con la sabiduría que las caracteriza: preparando el camino para el relevo generacional, incorporando a los nietos restituidos en la toma de decisión de los diversos aspectos que hacen al quehacer institucional, y consolidando la presencia de la Asociación en la esfera pública a través de convenios, actividades artísticas y culturales, muestras, contenidos audiovisuales, materiales educativos, difusión en las redes.

Hace un par de meses apenas la aparición del último nieto, el N° 128, ha significado –como cada vez que se logra una restitución– una caricia en el alma, además de la confirmación –una vez más– de que el trabajo de Abuelas ya es parte de una sociedad que busca y que no cesará hasta encontrar a los nietos y nietas que faltan.

Valores, utopías, solidaridad, militancia, compromiso, coraje, todos términos que legaron nuestros 30 mil desaparecidos a este pueblo argentino que desde hace unos años ya se levanta y anda y, hoy más que nunca, reclama por sus derechos. La paciencia quizás sea el principal legado de las Abuelas: para construir el derecho a la identidad; para ir valiéndose de los progresos de la ciencia en aras de identificar de manera indubitada a sus nietos y también para hacer menos traumático el momento del análisis; para hacerse escuchar; para conseguir, después de mucho tiempo, el apoyo del Estado; para llevar a los genocidas ante la Justicia y que paguen sus crímenes en la cárcel; para utilizar cada resquicio, cada herramienta, cada mano tendida desinteresadamente en el propósito que ha guiado a la Asociación en todos estos años que no es otro que el de devolver la libertad arrebatada a los hijos de sus hijos.