La CTA Regional San Nicolás - Ramallo estuvo presente junto a la Mesa de la Memoria de San Nicolás en la misa convocada por la Comisión Diocesana para el Informe Testimonial de Monseñor Carlos Horacio Ponce de León.

La Comisión, presidida por el padre Pollacchi y creada en 2006, celebra desde hace más de un año una misa el 11 de cada mes en la gruta del Km 211, Autopista Buenos Aires- Rosario.

Por el pronto esclarecimiento de la causa en la que se investigan las circunstancias del accidente que causó la muerte de Ponce de León, seguiremos acompañando el pedido de verdad y justicia.

El caso

El ex obispo de San Nicolás Carlos Horacio Ponce de León fue uno de los pocos miembros de la jerarquía eclesiástica en denunciar los crímenes de la dictadura. y murió en un supuesto accidente automovilístico, similar al que terminó con la vida de monseñor Angelelli

EL 11 de julio de 1977 Ponce de León viajaba hacia Buenos Aires por la ruta nacional N° 9. Su Renault S4 chocó de frente con una camioneta Ford 100 que venía en sentido contrario. En el marco de la causa que investigó su muerte durante 2006 en el Juzgado Federal N° 2, Víctor Martínez -seminarista que lo acompañaba en el momento del choque- declaró que el obispo llevaba una carpeta donde se narraban casos de violaciones a los Derechos Humanos en la provincia de Buenos Aires. Martínez también contó que un militar remató a Ponce de León con varios golpes de FAL. Este testimonio fue encontrado incongruente con lo que había declarado Martínez ante la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (CONADEP) y el testigo fue acusado de falso testimonio. Se encontraba acusado el jefe del área militar de San Nicolás durante la dictadura, Manuel Fernando Saint Amant.

Desde su lugar de obispo, Ponce de León recibió a familiares de desaparecidos, intercedió ante las autoridades militares para averiguar su paradero y denunció crímenes como el asesinato del monseñor Enrique Angelelli, quien fue asesinado por la dictadura militar en 1976 en circunstancias similares a las del propio Ponce de León. Cuando sus compañeros le preguntaban por qué se quedaba, el obispo respondía: "¿Por qué me voy a ir, si no estoy haciendo nada malo?". Ponce de León había recibido amenazas para abandonar su trabajo en barrios pobres y con trabajadores de la zona. Una carta anónima le avisó: "Antes fue Angelelli, ahora te toca a vos".

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