- Los últimos datos del PIB indican que, a contramano de los pronósticos oficiales, el segundo semestre de 2016 arrancó con una profundización del proceso recesivo (-3,8%), que parece desacelerarse en el último trimestre aunque con caídas interanuales en el nivel de actividad.
- Desde el punto de vista sectorial, la caída está explicada principalmente por las contracciones en la industria manufacturera y la construcción. Por el lado de la demanda, el consumo cayó fuertemente como consecuencia de la reducción de los salarios reales y del empleo.
- En ese contexto recesivo, la rentabilidad esperada de las opciones de inversión productiva resultó escasa mientras que la política monetaria elevó los rendimientos en dólares de las tasas de interés, lo que tendió a otorgar mayor rentabilidad a las opciones financieras. De allí que, lejos de incrementarse, la inversión contribuyó considerablemente a consolidar el proceso de recesión.
- En cuanto al deterioro de la situación fiscal -por efecto de la rebaja de impuestos y, en lo esencial, la recesión económica- la novedad en los últimos meses provino de los ingresos del blanqueo de capitales. Este ingreso morigeró considerablemente el déficit fiscal primario, que aún así trepó al 4,6% del PIB, y que fue financiado con un significativo aumento de la deuda pública.
- El proceso de endeudamiento contribuyó a aportar un cuantioso volumen de divisas que permitió la acumulación de reservas internacionales, la fuga de capitales al exterior -que se moderó en los últimos meses por efecto del blanqueo de capitales- y la cancelación de compromisos con acreedores externos.
- Por último, en lo que atañe al comercio exterior, si bien en 2016 se alcanzó un superávit comercial, ello se explica por la caída de los precios internacionales de las importaciones, que superaron a los de las exportaciones, mientras que las ventas externas tendieron a reprimarizarse.
- El escenario electoral conduce a un dilema en términos de política económica para los próximos meses. Por un lado, un escenario con una política estricta de control de la inflación a través de la reducción del gasto público, el cierre de paritarias con escasa o nula recuperación de los salarios reales y la persistencia de tasas de interés elevadas en el mercado local. Por otro, un escenario en el cual se privilegia la recuperación del nivel de actividad a través del aumento de los salarios reales y del gasto público pero seguramente acompañado por una menor desaceleración en el ritmo de incremento de precios.
- En cualquier caso, es de esperar que el nivel de crecimiento resulte inferior al esperado por el gobierno y buena parte de las consultoras afines, y que no se detenga el deterioro del sector industrial.

Juntar